Cuando llegue hace algunos años a
vivir mi Experiencia Espiritual, en la cadena de despedida hubo una alabanza
que confirmó la presencia de Dios en mi vida…”Yo
a tu lado he caminado, junto a ti Yo siempre he ido…aun a veces te he cargado,
Yo he sido tu mejor amigo…” NADIE TE AMA COMO YO. Jamás se me olvido la
primera vez que oí un palo de lluvia y esta alabanza, sino hubiese habido
músicos… lo hubiera oído en una grabadora.
Afortunadamente al año siguiente
forme parte del servicio de la música, en ese entonces el encargado sólo me dio
una guitarra y me dijo “toca”, a partir de ahí forme parte de los ensayos que para mi eran algo
raros, pero lo que se me quedó grabado fue el requisito indispensable para
pertenecer al servicio, el cual era no faltar a las Experiencias de adultos ni
de niños.
La música como
servicio dentro de los grupos de 4º y 5º Paso, tiene como función alabar a
Dios, siendo este servicio la voz y guía para sentir y entrar en contacto con
la presencia de Dios. (Manual de servicio de la música)
Lo primero que aprendí fue el respeto
por alabar a Dios en una cadena, pues hay agrupaciones en las que el servicio
de la música o alabanza suele ser para alimentar el egocentrismo, y ha llegado
a convertirse en la plataforma para que muchos frustrada resalten, algunos les
llaman alabanegos. Como la mayoría de los que ingresamos a este servicio
somos músicos frustrados, podemos ver a los que se sientes estrellas de
rock, otros predicadores, unos más se alquilan para bodas, XV años, funerales,
entre otros eventos fuera de la agrupación, fácilmente nos podemos olvidar que
la función de dicho servicio es solamente para alabar a Dios en un grupo y una
hacienda, otros en plena Experiencia cantan y tocan canciones de José José,
Vicente Fernández, Juan Gabriel, etc., como si fuera un campamento o serenata, perdiendo
totalmente la seriedad de este sagrado servicio.
En algunos se convierten en
galanes que van grupo en grupo, tomando como estandarte a Dios; si nos
descuidamos terminamos siendo solamente un rasca tripas diría un
compañero. Al final de las Experiencias muchos hacen conciertos y hasta slam,
otros tipos de baile o terminan invocando a Quetzalcoatl, parece ser cuestión
de gustos; para nosotros alabar a Dios es solemnidad y respeto. Solo hay un
Dios todopoderoso.
Después de un año de estar dentro del
servicio me tomaron en cuenta para ser el responsable del mismo, observamos que
era un servicio con pocos reflectores, ya que todos deseaban tener los
servicios de mayor jerarquía dentro de la agrupación e increíblemente no muchos
querían ingresar a este servicio, aun cuando la función principal de el es
alabar a Dios. Lo primero que trabajamos fue la disciplina; llegar a los
ensayos a las 17:30 hrs. a más tardar, estos se hicieron tres o hasta cuatro
veces por semana, uno de esos ensayos era en viernes por la noche y salíamos
del grupo ya de madrugada, así fue como comencé mi trabajo en este servicio.
Los primeros años tuvimos que trabar en
la cuestión musical, acoplarnos, entrar en armonía, por eso es un requisito
indispensable que el encargado de la música sepa tocar un instrumento. En un
inicio hubo muchos que pugnaron por ser el mejor tocando, cantando o
dirigiendo, también había personas dentro del servicio que tenía diferencias
entre si, pero conforme pasó el tiempo observamos que terminaron siendo amigos,
la UNIDAD, como legado se empezaba a dar. Posteriormente quedarnos a ensayar un
viernes por la noche se convirtió en un placer, muchos lo hacían por cantar con
todas las fuerzas de su corazón y con todos sus pulmones a grito abierto, otros
simplemente por no llegar a casa o por los tacos de la cena, pero al final
todos se quedaban con gusto.
Ya en la
hacienda llega el momento esperado, aquí es donde se ve si los ensayos del mes
rindieron fruto. En la Quinta pregunta, la de los “Resentimientos”, los músicos
hacemos una cadena en forma discreta para que los escribientes no nos vean y
entren en prejuicio, le pedimos a Dios amor primeramente para alabarlo, que nos
proteja y que cada instrumento se escuche fuerte. Sin importar lo que suceda,
nuestra misión es hacer saber en toda la creación de Dios que estamos alabando
su victoria y que en ese momento su presencia y su perdón están llegando.
Es muy
agradable saber que Él nos esta escuchando, es muy emocionante ver a los
escribientes que estaban en la sala sin sentimientos y mal encarados, como de
sus ojos cerrados empiezan a escurrir lágrimas y sabemos que muchos de ellos están
teniendo una manifestación.
Después de
unas horas, estando en la cadena de padrinos recordamos nuestros primeros
apoyos en la sala cuando escuchando dicha cadena deseábamos estar en ella. En
esta cadena los padrinos están preparándose y reforzando su armadura para el
apadrinamiento, la música se escucha más fuerte que nunca; Dios los esta
preparando.
Sucio,
cansado y con sueño hacemos el último esfuerzo para que las zampoñas y las
guitarras se escuchen tan fuerte como en la Quinta. Es la Cadena de Despedida y
sabemos que nuestro trabajo esta por terminar; al final gritamos “MISIÓN CUMPLIDA”,
y nuestro corazón se llena de gozo. “Muchos de nosotros hemos sentido el amor, el respeto y la
utilidad de servir a Dios a través de alabarlo” (MANUAL DE SERVICIO DE LA MÚSICA).
Pero aquí no acaba el
Servicio, en el grupo tenemos que asistir de lunes a sábado, especialmente en
la semana de testimonios para tocar en la cadena que se hace al final de cada
junta, aunque el día sábado vaya un sólo escribiente tiene que haber cadena de
testimonios, es importante aclarar que en las Experiencias de niños los testimonios
son el día domingo, así que todos los que participamos en este servicio debemos
cumplir en estos días de servicio, empezando por el encargado de la música.
Es por todo esto la
importancia de ir a ensayos, llegar temprano, también por respeto a la
presencia de Dios no comer ni fumar en una cadena. La gente que nos antecedió
fue lo que nos enseñaron, así que tratemos de trabajar con los nuevos; los
viejos estamos maleados y somos los que no le damos la importancia al Servicio.
Al paso del tiempo después de haber implementado la disciplina y lo musical,
pasamos a lo vocal; ensayo tras ensayo, comprobamos que Dios nos dotó a todos
de un instrumento personal,
nuestra voz.
Algunos nos llegaron a
decir que parecíamos estudiantina o coro de iglesia, sin embargo siempre lo
hemos tratado de mantener sencillo, así que simplemente somos el Servicio de la
Música. En este servicio también nos hacemos responsables dando una séptima
extra, autorizada por nuestro líder, para mantener nuestros instrumentos
limpios y en perfectas condiciones, compramos cuerdas, armamos zampoñas, hacemos
fundas, compramos afinadores y todo lo que se requiera.
Aunque hacemos un esfuerzo
para mantenernos en la sencillez siempre se hace presente el ego, entonces ha
habido procesos donde terminamos robotizando todo y dejamos de alabarlo con el
corazón, lo hacíamos sólo por compromiso o por prestigio, entonces aunque
tengamos muchos ensayos y buenos instrumentos, sino hay amor la música se
escucha mal.
Al final, lo más importante
para alabar a Dios y tener un buen servicio de la música es el AMOR, sin el no
podríamos hacer nada. Hoy en nuestro grupo no sólo hay disciplina y respeto, no
sólo es cuestión musical y vocal, hoy sentimos AMOR al tocar y alabarlo. La
unidad se hace patente como nos lo enseñaron los músicos y encargados
anteriores, en los momentos más difíciles cuando muere un familiar o un
compañero del grupo los apoyamos, estamos ahí con ellos y la mayoría de las
veces en forma de consuelo también vamos a alabar a Dios, el hombro con hombro
se mantiene siempre.
Cuando la sala de nuestro grupo esta
sola por la noche, con colillas de cigarros, botellas de agua en el suelo y los
compañeros están en casa, el grupo se llena de vida cuando escuchamos la
alabanza de Gloria y sentimos la presencia de Dios, al cerrar los ojos y
escuchar la voz de tus compañeras entonando la alabanza de Tú estás aquí… se te
enchina la piel, más aun cuando nos estamos preparando para la misa de
aniversario, no importa la hora ni que el ensayo sea entre semana, quieres que
salga perfecto todo, recuerdas lo que ha acontecido en un año de trabajo; pérdidas,
cansancio, peleas, sencillamente es una bendición ser parte del servicio de la
música.