martes, 22 de septiembre de 2015

¿ENGAÑANDO AL PADRINO?


Bien dicen los padrinos de tiempo: ¡no hay alcohólico tonto! Y al parecer no solo los alcohólicos, sino también los que son miembros de un Grupo de 4° y 5°, a nadie nos agrada pensar que somos tontos, aunque sabemos que tenemos ciertas incapacidades, siempre buscamos la manera de sentirnos superiores a los demás, buscamos los talentos que tenemos para destacarnos, aunque algunos hechos de nuestra vida demuestren lo contrario.
Una de las crueles verdades que encontramos en los grupos, es que la gran mayoría de nosotros alguna vez hemos pensado así, sin embargo, el que siempre tratemos de guardar ese aspecto de buena gente o de inteligentes, nos ha llevado a cometer graves errores y uno de ellos es el de intentar engañar a nuestro padrino para que no piense mal de nosotros o simplemente, porque no queremos vernos débiles frente a los demás.
Este grave error ha llevado a mucha gente a pagar caro las consecuencias, ya que al no decir la verdad en los apadrinamientos muchos han vuelto a beber o a drogarse, y si bien esa es una grave consecuencia, cabe destacar que esa manera sutil en la que el orgullo se manifiesta para cegar al individuo a enfrentarse a la verdad, también lo lleva a vivir en una cruel fantasía en la que él es la persona que desea ser aunque no lo halla logrado, además, lo peor es que cuando una persona se maneja a través de la mentira cree que engaña al padrino, se siente muy listo.
Es verdad que muchos hemos recurrido a esta mala forma de apadrinamiento porque en ocasiones nos sentimos intimidados por el padrino, lejos de verlo como una persona de confianza lo vemos como si fuera nuestro maestro malvado o nuestro padrastro, no vemos en él una figura de confianza, sino que nuestra torcida forma de pensar nos hace creer que el padrino hace todas las sugerencias, que es casi un ser perfecto, por eso es que tiene la autoridad moral de regañarnos, si bien es cierto que esa situación puede ser un factor para que el ahijado evite decir la verdad u omitir algunos episodios importantes de su vida, bajo ninguna circunstancia se puede justificar el hecho de no buscar la ayuda y negarnos a recibirla, es decir, ser deshonesto en los apadrinamientos.
Podemos decir que al principio esta actitud pueda ser justificable, pero al paso de unos años con mayor conciencia y entendimiento de que en un apadrinamiento es exactamente como lo dice el 5° Paso, una admisión de nuestras faltas ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, entonces estamos en graves problemas, porque no solo tratamos de engañar al padrino, sino que buscamos o pensamos que podemos burlarnos de Dios, sin embargo, una de las grandes contradicciones que hacemos, es cuando decimos que Dios nos conoce a la perfección, pero tratamos de decirle otra versión de nosotros mismos.
Peor aún, es cuando exigimos a nuestros ahijados que sean honestos, mientras que nosotros como padrinos tenemos un miedo terrible a encarar la verdad de nuestras vidas, pero, como decíamos unas líneas atrás, que fuerte es saber que en el apadrinamiento se manifiesta Dios y nosotros no tenemos ni la menor conciencia de que estamos siendo totalmente falsos con Él. En este caso, el padrino paso a segundo término, porque bien sabemos que, al igual que nosotros, es un ser humano defectuoso y no tiene la calidad moral de juzgarnos, así que, sin importar la situación y/o el padrino, nosotros debemos ser completamente honestos, pues el 5° Paso va más allá.
Aun sin ser totalmente honestos, hemos podido encontrar grandes cosas en nuestra vida, imaginemos las recompensas que tendríamos si lo fueras por completo. Recordemos las cosas de las que nos hemos apadrinado con entera verdad; primeramente, hemos encontrado una respuesta certera a ese problema, si nos hemos dejado guiar, el resultado siempre ha sido en beneficio de nuestra vida, las cosas han cambiado de una manera radical. Esta experiencia de encontrar satisfacción en los resultados, debemos capitalizarla y ser más maduros, para entonces quitarnos esa idea de que somos más inteligentes que el padrino y que podemos engañarlo.
Sabemos bien y en el interno lo hemos podido sentir, que no encontramos la paz y tranquilidad deseada cuando en nuestra cabeza retumba el hecho de que no estamos siendo honestos, que por no sentirnos avergonzados, preferimos buscar una versión más agradable a nuestra vida. Sin embargo, como decíamos, las consecuencias no solo son volver a beber o a drogarnos, sino que la fantasía en la que viviremos nos llevará a crear nuevos mundos en los que seguimos siendo la buena persona que verdaderamente deseamos ser, pero por temor a vernos descubiertos evitamos enfrentar la realidad.
Peor es para nosotros, saber que el padrino se da cuenta que no decimos la verdad, pero seguimos actuando como si lo estuviéramos haciendo creer nuestra historia, quizás muchos digan: ¡yo siempre he dicho la verdad en los apadrinamientos!, pero también el hecho de no apadrinarse en el momento que ocurren las cosas y dejarlas pasar como si no hubiera ocurrido nada, es una forma de no enfrentarnos a nosotros mismos, es una forma de creer que somos buenos y que no estamos actuando tan equivocados, tratamos de salvaguardar nuestra imagen, cuando en verdad lo único que estamos haciendo es prolongar el enfrentamiento con nosotros mismos. Al final de cuentas, hacemos o procedemos casi igual que la persona de la que hemos hablado en este texto, nos decimos: ¡no pasa nada, solo corrígelo y ya!, pero evitamos el encuentro vergonzoso de vernos frente a frente con el padrino y escuchar la verdad en boca ajena.
Muchos diremos, que triste es ver a los nuevos y a los viejos con esta actitud infantil, sin embargo, creemos que es momento de reflexionar y de actuar inteligentemente, dejar de ver a los demás como los que están equivocados y ver si nosotros no somos los que actuamos así, si encontramos que lo hemos hecho, entonces busquemos mejor darle solución, para que por medio de la fuerza de la palabra, podamos guiar a los demás. 

Por: Pablo D.

martes, 8 de septiembre de 2015

¿POR QUÉ NO SE LEE EN LOS GRUPOS?


Este no es solo un problema en los grupos, en realidad es que a los mexicanos no nos gusta leer, para nosotros es mejor reunirnos con la familia frente al televisor para ver una telenovela o un partido de futbol; esto por supuesto no sería malo si no lo hiciéramos el 90% de nuestro tiempo libre.

La UNESCO hizo un estudio acerca de los hábitos de lectura en 108 países, México ocupó el lugar 107, indicando que en México se lee en promedio 2.8 libros por persona al  año y aunque esto suena dramático, ¿en verdad creen que un mexicano lea 2.8 libros al año?, yo pienso que la inmensa mayoría no lee ninguno.

Recuerdo que cuando llegué al Grupo a la edad de 24 años, si había leído cinco libros en mi vida, eran demasiados; la lectura me parecía aburrida y una pérdida de tiempo, aunque éste lo desperdiciaba de formas muy estúpidas. Lo primero que leí al agruparme fueron los Doce pasos, fue una experiencia extraordinaria ver tanta sabiduría en un folleto tan pequeño, posteriormente, leí otro folleto llamado Tres charlas a sociedades médicas, para luego seguir con el libro de Alcohólicos Anónimos, la emoción que me embargaba al leer cada capítulo me hizo entender que me había perdido de la magia de la lectura; luego, entré a las grandes ligas según yo, al leer el Transmítelo; después El Dr. Bob y los buenos veteranos; ya cuando leí Alcohólicos Anónimos llega a su mayoría de edad, me sentía intelectual. Debo recordar que mi lectura era lenta y torpe, tardaba meses leyendo un libro. Fue hasta cuando comencé a dar las juntas de preparación, que la lectura se me hizo un hábito.

Es importante conocer a fondo la historia de nuestro programa y el programa mismo, de lo contrario, cualquier persona nos puede engañar, nos iremos con el canto de las sirenas y daremos por hecho cualquier cosa que escuchemos en una junta.

No podemos ser buenos padrinos si no estudiamos el programa de recuperación, primeramente, porque al no entenderlo no lo podremos practicar y al no practicarlo, no tendremos experiencia; por lo tanto, qué le diremos a nuestros ahijados, terminaríamos dando consejos sin sustento, como los miles que escuchamos por todos lados.

Si no leemos, solo supondremos lo que dice el programa y viviremos en una perpetua confusión, al dar una junta nunca daremos nuestro punto de vista acerca del programa, sino que, repetiremos lo que hemos escuchado de los demás, sin importar lo equivocados que estén.

El día de hoy, no solo leo la literatura de AA o la de 4º y 5º Paso, también me gusta mucho leer otro tipo de libros que nutran mis conocimientos, los cuales incluso me han ayudado a entender de mejor manera el programa que practicamos.

No seamos de los mexicano que no leen ni un libro al año, ni de los alcohólicos que no saben ni los encabezados de los Doce Pasos, incluso podemos superar la meta de los 2.8 libros por año fácilmente, si leemos 10 páginas diarias, podremos leer una libro de 300 paginas en un mes, esto nos dará al menos 12 libros al año, ten por seguro que el conocimiento contenido en ellos te hará una mejor persona, nutre tu cerebro con la lectura y nutre tu espíritu con el programa de recuperación y el libro bueno, ten por seguro que no te vas a arrepentir.

- Ernesto R.